¿Todavía preguntas por qué me fui?
No fuiste solo tú, lo reconozco.
Pero cuando tuve la intención de decirte lo que sentía, me tachabas de loca.
Cuando tenía inseguridades de nuestra relación, tú solo la alimentabas con más ausencias.
Cuando tenía miedo de que te gustaran otras, me engañaste.
Cuando quería paz, llegabas tú a provocar una tormenta en un vaso de agua.
Y cuando te arrepentiste,
ya era demasiado tarde para intentar repararnos.
Para intentar ayudarme a sanar.
Te di muchas oportunidades, pero fuero más los errores.
No niego que te amo, pero me voy por los daños.
Ningún recuerdo ni anécdota vale más que mi propia estabilidad.
Quería un compañero de vida,
no un enemigo de mi corazón. Y en eso te convertiste.