Te puedes ir cuando quieras, pero no volver cuando gustes. Tenia la certeza de que lo nuestro llegaría a su fin. Y hoy llego ese día, hoy quiero pensar en mi, antes de pensar en ti. Quiero dejar de creer que tú eras el amor de mi vida, por qué tras nuestras peleas, angustias, risas, platicas, actos egoístas y lágrimas. Se que eras ese amor, eras...
Pero también me queda claro que en esta vida no me tocabas tú, si no alguien más. Y no es por querer tomar el camino fácil, ¿sabes?. Por qué fácil hubiera sido no volverte hablar, fácil hubiera sido no compárate con ningún otro hombre que me hubiera hablado o buscado. Fácil sería haberte dejado ir y no estar en esta situación, en la que entiendo, si lo nuestro no pudo funcionar y es que de verdad me molesta querer tanto alguien y en el fondo saber que no estamos destinados, me duele y frustra todo, por qué los sentimientos son así.
El corazón no entiende de que “no es para ti” el corazón siente y ya, así como hoy no eres para mi, también se que sin ti nunca me hubiera descubierto. Así que con todos los problemas te quiero agradecer.
Te agradezco que llegaras a mi vida en el momento indicado, justo cuando necesitaba que alguien creyera en mi, que alguien se fijara en mí y dejara todo a un lado. Todas las etiquetas, banalidades, rumores y verdades, para verme justo tal y como soy. Gracias por enseñarme el amor verdadero y que si existe, y esta lleno de momentos en la que nos amamos y gracias por estar para mi, gracias por cuidarme, por cuidar mis metas, mis sueños, mis cosas, mi futuro y sobre todo a mi misma, por qué sin ti nunca hubiera entendido y mucho menos valorado la persona que soy.
Creo que te podría dar las gracias de cosas tan esenciales como es la confianza de mi misma, hasta cosas tan insignificantes como es, ponerle atención a la letra de una canción. Pero el Gracias más esencial me lleva al amor, *así que muchísimas gracias por enseñarme a amar*, por haberme dado las habilidades que necesitaba para desprenderme de mis miedos y pasado, para poderme entregar y darte mi corazón, mi alma, como tú lo hiciste y poner literalmente tu esperanza en mis manos aun sabiendo que podía romperla en cualquier momento, gracias por enseñarme que cuando se va alguien se va un pedazo de tu corazón con esa persona.
Gracias por permitirme vivir los sentimientos y momentos más bellos y hermosos. Ya que puede esta sea nuestra última despedida.
Quiero decirte que te deseo todo lo mejor, y ojalá tengas la oportunidad de dar las gracias. Y si, a veces se vale dejar ir al amor de tu vida para encontrar uno mejor, EL AMOR PROPIO.
-Janice Soto-