lunes, 28 de diciembre de 2020

Mi despedida

 


ME DESPEDÍ.
Y me despedí sin deseos de irme, pero con la firme convicción de que era lo mejor para mí.
Me cansé de buscar agua en el desierto, de  buscar calor en donde siempre era invierno...
Después de aguantar hasta lo que no debí por amor, llegó un momento de lucidez, donde me percaté, de que mis límites habían sido rebasados casi sin darme cuenta, sentí como si cayera un balde de agua fría sobre mi dignidad, sobre mi propia estima...
Y cuando abrí mis ojos, pude darme cuenta de que ese ya no era mi lugar y aquella persona, había dejado de mirarme.
No sé cómo sucedió, pero de un momento a otro lo ví y supe que ya no era para mi y que por mucho que se esforzará por recuperarme, ya había muerto en mí, todo aquello que alguna vez me hizo amarlo con toda el alma...
 «Sobre advertencia no hay engaño»
Nunca me creyó cuando le decía que me estaba perdiendo, se confió, pensó que nunca me iría...
Y es que esa mujer que estaba perdidamente enamorada, la que era capaz de todo por hacerlo feliz, se volvió a enamorar entre lágrimas y desprecios, se propuso tomar fuerzas, preparó sus pies para comenzar un nuevo camino y un nuevo romance...
Esta vez, no sería un espejismo, sería un gran amor, uno sincero, real, y lo logró.
                      "Se enamoró de ella misma"

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